Al llegar la noche nuestra piel aprovecha las horas nocturnas para regenerarse y repararse de los daños ocasionados por el día: estamos expuestos a las inclemencias del sol, al estrés, polución , maquillajes… Es entonces cuando empieza a activarse nuestro reloj biológico interno para un un buen mantenimiento del tejido.
A partir de los 25 años, el cuidado de la piel cobra especial relevancia y las rutinas nocturnas son vitales en este proceso de reparación.
– El primer paso esencial es la correcta limpieza facial: aunque por la noche nos dé más pereza y aunque no llevemos maquillaje, nuestra piel se asfixia y generan más radicales libres.
– Por la mañana, además de una buena limpieza (leche limpiadora, gel, mousse)… dependiendo del tipo de piel, necesitamos una buena hidratación y protección (tanto para el calor cómo pñara el frío).
– Por la noche, volvemos a la rutina de la limpieza, y después nos aplicaremos el producto de tratamiento adecuado a nuestras necesidades (crema, sérum)… con principios activos que nos exiga nuestra piel (nutrición, antiarrugas, flacidez…) Nunca sin olvidarnos de los cuidados específicos ( tanto por la mañana como por la noche) el contorno de ojos ( para tratar bolsas, ojeras o arrugas) y la crema de cuello y escote: Recuerda que son zonas de nuestra piel más frágiles y que requieren cuidados especiales, además de ser zonas las cuáles delatan nuestra edad.